El número 16 de la mítica y longeva revista Nintendo Acción llegaba en 1993 con una portada flipante, en la que una especie de simio estiraba hasta el absurdo a un rival amarillento al que se le salían los ojos de las órbitas. Se trataba del videojuego ClayFighter, que prometía "revolucionar los juegos de lucha".
En pleno apogeo con Sega por la supremacía consolera, Nintendo llenaba la revista con propaganda del tipo "La superioridad está en Nintendo, lo demás son palabras" y apostaba por juegos que solo podían ser jugados en su consola. Tal es el caso de ClayFighter, que fue desarrollado por Interplay para la empresa de Mario -aunque un año después acabó también entrando en el catálogo de la gobernada por Sonic- aplicando la "novedosa" técnica de la Claymation. Novedosa, como dice el artículo, más que nada en la aplicación al terreno del videojuego, pues claymation se llevaba usando en el cine desde la época de Segundo de Chomón.
Traigo hoy un escaneo del artículo principal sobre el videojuego aparecido en la mencionada revista, donde encontraréis una estupendas fotos de detrás de las cámaras.
El videojuego fue de un éxito tal que en 1995 salió su segunda parte ClayFighter 2: Judgment Clay, en claro guiño a la secuela de Terminator, y en 1997 llegaría para Nintendo64 su tercera y última entrega ClayFighter 63⅓, dando ahora golpecitos cómplices con el codo a la saga cinematográfica Agárralo como puedas.
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