viernes, 3 de noviembre de 2017

ERES UNA CACA, la webserie feminista de Lula Gómez

Hace un par de semanas la realizadora independiente Lula Gómez estrenó una apuesta divertida y bastante loca (entiéndase como molona) de lucha contra el machismo: Eres una caca. Es decir, una serie protagonizada por cacas en plastilina que dicen frases cuñadas relacionadas con el feminismo; que en apariencia recuerda al recomendable y adorable mediometraje surcoreano Doggy Poo (sobre el que escribí allá por los inicios de este espacio virtual), pero que en su interior alberga un mensaje muy profundo.
Las miles de visualizaciones de la primera entrega de esta producción de bajísimo coste (Lula dirige, produce, edita, anima, modela, pone las voces e, incluso, difunde), ha motivado que su creadora siga creando pequeñas y directas pildoritas de machismo en boca de cacas, que es muy probable que podamos encajar en las de algún conocido o, lo siento por ti, en nosotros mismos.

Aprovecho que tengo a Lula de contacto en facebook para hacerle unas cuantas preguntas y saber un poco más de Eres una caca:

¿Qué es lo mejor que te ha pasado desde que estrenaste Eres una caca

Sólo pasaron tres semanas pero han sido muy, muy agitadas. Artistas que admiro mucho se han reído con los capítulos, me han llegado vídeos e historias de niños viendo la serie y riendo a carcajadas, haciendo cacas de plastilina, mucha gente diciéndome que ve los capítulos en loop, que no pueden dejar de cantar la canción. Pero lo más importante es que recibo montones de comentarios y mensajes privados… ¡Agradeciéndome que hable de esto! Es evidente que las mujeres necesitamos más espacios de expresión honesta en los que podamos expresarnos como clase, porque hay muchas mujeres que ven la serie como un canal de desahogo, como una vía para hacer catarsis, algo en lo que el humor tiene mucho que ver también. Estoy muy contenta de, aunque sea en esta pequeñísima forma, serles útil. Para mí también es una buena manera de canalizar la rabia.



Supongo que la serie sale como una forma de aunar tu protesta activa contra el machismo con tu pasión por el stop-motion, pero ¿cómo se ocurrió? 

Parece una idea muy tonta, y de hecho lo es, pero yo di varias vueltas hasta llegar a ella. Al principio iban a ser frutas e iban a decir barbaridades de cualquier tipo de las que oímos en la calle o leemos en las redes sociales, de esas que hacen enojar mucho. Y al terminar las iba a cortar a la mitad un cuchillo (en el verano subí un pequeño ensayo a instagram, sin diálogo) Se iba a llamar Frutas de mierda (ya ves que la sofisticación la estoy reservando para alguna otra época de mi vida). Pero luego recordé a The Anoying Orange y me di cuenta de que no tenía ningún sentido hacer otra serie de frutas hablando.

Así que a descarté, pero me quedó una muy buena sensación de imaginarme esa especie de justicia mágica del cuchillo cortando la fruta a la mitad en medio de su discurso racista, xenófobo o lo que fuera. Y por otro lado, mi creciente consciencia feminista me pedía a gritos hacer algo al respecto, aunque me imaginaba algo trascendental y serio, qué se yo, el problema, la opresión y la violencia que sufrimos es muy grave, pues habrá que hacer algo serio. Y ya después en algún momento que no recuerdo conecté las dos cosas y me di cuenta de que no hay mucho humor feminista. Y que al final, lo que más disfruto yo es animar y decir boludeces para que la gente se ría. Y que lo de hacer algo serio es muy difícil y no me sale jaja. Así que cacas, machismo, y pisada final… ¡Justicia!

Si un marciano te preguntara, "¿es machista la industria de la animación?", ¿qué le dirías? 

Le diría que sí, claro. Pero como es machista cualquier industria. Cualquiera. El machismo es sistemático, no se trata de casos aislados o de ámbitos o de personas puntuales. Es un sistema que funciona a la perfección porque es inyectado desde que nacemos, a hombres y mujeres, y no se percibe. Concretamente en la industria de animación el porcentaje de directoras es ínfimo. Y en general, las trabajadoras en las producciones ocupan puestos que no son de toma de decisiones ni de realización.

La situación de las mujeres es alarmante y parafraseando a Chelo Loureiro, el mayor problema que tenemos para revertirla es que el dinero lo tienen los hombres. Es así de claro. Por otro lado, nosotras cada vez somos más conscientes de la necesidad de ocupar sitios que siempre nos fueron denegados, así como de generar contenido que nos represente. Empezamos a estar hartas y eso es un signo de muy buena salud. Como exclusiva mundialísima te cuento un secreto: En noviembre lanzaremos con tres compañeras animadoras la Asociación de Mujeres en la Animación. Un sitio para aunarnos y centrar la lucha entre todas.


Eres una caca = Presupuesto cero + Imaginación mil. ¿Cuánto tiempo te lleva hacer cada capítulo?

Era una premisa que cada capítulo fuera sencillo y muy realizable. Descarté desde el minuto cero la construcción de escenografías, y siempre supe que el mayor trabajo me lo daría el lipsync, por la construcción de bocas. Curiosamente siempre la imaginé en plastilina, yo que en general la detesto porque se ensucia todo el tiempo, pero se ve que al ser cacas no me importó demasiado. El modelado es extremadamente rápido, y sí que me detengo en el de las bocas. Con tres capítulos ya hechos tengo un buen banco de boquitas, así que ahora lo que más tiempo lleva es la animación en sí.

Digamos que es un día de preproducción, y un día de rodaje y postproducción. Y el resto de días pensando en qué dirá la siguiente caca, porque soy muy neurótica y estoy convencida que en el último capítulo se agotó toda mi creatividad y que el siguiente será malísimo y decepcionaré a todo el mundo. Pero tengo 40 años y muchos de terapia, eso ya no creo que pueda solucionarlo jaja.

¿Realizas storyboard o al ser algo tan directo, y que se ve tan espontáneo, te sientas y vas a piñón con lo que tú creas que va bien para el capítulo? 

Voy a piñón pero más o menos. No hago story porque son capítulos de entre 20 y 30 segundos de un personaje hablando y casi no hay tiempo para nada, pero escucho mil veces la frase, mirando al personaje, y pienso, según su forma, en qué cosas podrá hacer mientras habla. Entonces, como son formas tan simples de plastilina, lo que hago es ensayar. Así que pongo la cámara en un momento sobre la mesa y ensayo animando gestos y viendo qué posibilidades tiene esa caca en particular. Cuando me convence, armo el set y lo ruedo. ¡Es tan dinámico animar plastilina! Al final me estoy reconciliando con ella.

Con todas las frases cuñadas que hay sobre el tema, te da para hacer más temporadas que Los Simpsons. ¿Tienes planteado un número mínimo de capítulos?

Jajaja ¡es muy cierto! Y me van llegando sugerencias, hasta pedidos de que haga tal o cual frase. Hay muchísimo material y me está divirtiendo mucho hacerlo. Pienso las frases y las consulto con mis amigas, y con mi pareja Jordi que está siendo un gran apoyo en esta locura, y tengo muchas en lista de espera en mi libreta.

El plan original era hacer diez capítulos. Si al llegar a los diez sigue gustándole la serie a la gente y a mí, seguiré haciéndola. ¡No hay nada que me guste más que animar y hacer boludeces para que se rían mis amigas!



Agradezco el tiempo y la (siempre) buena disposición de Lula, y a los que hayáis llegado hasta este párrafo. Para seguir al día de esta serie, síguela en Facebook; YouTube e Instagram.

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