sábado, 9 de marzo de 2019

ENTREVISTA A MAREK BENEŠ, HERMANO MAYOR DE PAT Y MAT

Durante el fin de semana largo del jueves 21 al domingo 24 de febrero se produjo un pliegue en el universo de la animación stop-motion que dio como resultado una nueva edición de la muestra Animac, el evento animado más longevo de España, incluso de la Península Ibérica en su conjunto.

Paseando por Lleida esos días uno se podía encontrar con grandes nombres de la técnica centenaria como Peter Lord, Katariina Lillqvist, Mark Osborne, los geniales Screen Novelties, Sonia Iglesias, César Díaz Meléndez, Sergio Lara, Cristina Acuña, Vicente Mallols, Chris Lavis y Maciek Szczerbowski (Clyde & Henry Productions), Anna Solanas y Marc Riba (I+G Stop Motion), etc... Prácticamente todos ellos llegaron a Lleida cargados con alguno de sus muñecos de escasos centímetros. Posiblemente los que más ilusión me hizo ver en directo fueron a Pat y Mat, los chapuzas más famosos de la televisión infantil.

Los muñequitos checos venían acompañados de Marek Beneš y Tereza Benešová, hijo y nieta del creador original de la serie Lubomír Beneš, y quienes mantienen muy viva las aventuras de estos pequeños personajes. La excusa de que vinieran fue la presentación del largometraje Las peripecias invernales de Pat y Mat (Pat a Mat: Zimní radovánky, 2018), un retapado -utilizando lenguaje de cómic- de algunos de los últimos capítulos de la serie.
Foto de David del Val (@daviddelval)
Durante esta presentación, iniciada por la directora del festival, Carolina López, y continuada por el director del Centro Checo de Madrid, y traductor simultaneo, Stanislav Škoda, los Beneš fueron ilustrando al público, compuesto en gran parte por niños pequeños, a base de información histórica de la serie y del proceso de elaboración de cada capítulo. Por ejemplo, indicaron que la pareja ha cumplido 43 años de existencia, que la nueva generación ha realizado ya más de 100 capítulos, que tienen un ratio medio de 7 segundos de filmación al día (lo que es una barbaridad en términos de animación stop-motion), que son necesarios tres meses del trabajo de cinco personas para completar de inicio a fin uno de los capítulos (de 8 minutos), que actualmente las cabezas las imprimen en 3D (siguiendo los diseños originales), y que parte de la producción la tienen subcontratada a estudios chinos.

Posterior a la presentación, Marek y Tereza animaron a los personajes en el espacio Animacrea para deleite de quienes en ese momento pasaron por allí. Vean estas fotos para hacerse una idea:
Poco después pude pillar por banda a Marek y le hice la siguiente entrevista (gracias a Stanislav Škoda por ejercer de estupendo intérprete):

En primer lugar decirle que soy un gran admirador de Pat y Mat y que para mí es un gustazo poder tenerles aquí. ¿En qué momento se le ocurrió a su padre realizar la serie? 

Mi padre era, por naturaleza, un chapucero también y además dibujaba tiras cómicas sobre chapuceros para un periódico del país. Más tarde le ficharon en el estudio de Jiří Trnka, donde empezó trabajando directamente a las órdenes del maestro hasta que este le animó a realizar su propio cortometraje de animación, que lo hizo con en cut-out (2D).

Cuando estaba vivo Trnka mi padre no se atrevía a competir con él en el campo de la stop-motion con títeres. Pero cuando el maestro falleció a mi padre se le ocurrió la idea de que los protagonistas que dibujaba podía convertirlos en protagonistas de cine de animación. Pero todos le decían que un muñeco, un títere, es muy torpe, y que con ese tipo de personajes no se podía hacer un film de humor grotesco.

Sin embargo mi padre, que también había trabajado como animador de dibujos de varias producciones extranjeras, como Tom y Jerry de Estados Unidos, que subcontrataban el trabajo en Chequia, estaba convencido de que un muñeco era capaz también de realizar los mismos movimientos, rápidos y bruscos, que lograban los personajes de papel.

Entonces, con un colega suyo (Vladimír Jiránek) se encerraron en el estudio y empezaron a hacer pruebas con los  movimientos de los títeres. Los test salieron bien y le dieron la luz verde para realizar el capítulo piloto.

¿Qué diferencias de dirección hay entre usted y su padre?

Yo soy de naturaleza más técnica que mi padre, pues siempre estoy buscando soluciones técnicas. Últimamente estoy pensando que, tal vez, debería buscar un estilo más como el de mi padre, es decir, más grotesco y poético.

A nivel de avances de la técnica de la stop-motion, ¿cuáles son las que han implementado en la serie?

La base es igual, pues son los mismos títeres, pero hay una diferencia importante: cuando lo filmaba mi padre lo hacía en una película de cine de 35 mm y nosotros ahora lo filmamos mediante cámara de fotos digital. Antes, cuando un animador filmaba algo, tenía que esperar una semana o más hasta que se revelara la cinta; ahora lo vemos mientras lo filmamos.

Y por supuesto la postproducción ha facilitado mucho el trabajo. En esta fase ahora podemos, mediante retoque fotográfico, borrar algún error que haya podido suceder durante la grabación.

Entiendo que seguir usando hilos (aerial rigs) para sostener a los muñecos en el aire, en vez de un croma verde, es entonces una decisión de estilo.

Sí es nuestra propia decisión, queremos hacerlo de forma tradicional.

Me ha sorprendido mucho durante la presentación cuando comentaba que parte de la producción actual se realiza en otros estudios de China. Me gustaría saber cómo controlan el trabajo que hacen en aquel alejado país para que sea exactamente igual al que hacen en la República Checa.

Nosotros les enviamos los storyboards y ellos se encargan de hacer la animación. Antes de cada plano, nos pasan cada imagen para que la aprobemos. La última parte, toda la postproducción incluido el sonido, la hacemos nosotros en Chequia.

Además desde Praga realizamos a la vez la animación de algunos capítulos, para poder avanzar más rápido. Porque cerramos un contrato con la televisión checa (Česká televize) según el cual debemos hacer 39 episodios en dos años, pero incluso con el apoyo de los estudios chinos (que no han sido tan rápidos como en un principio nos dijeron) hemos tenido que pedir una prórroga de un año para llegar a la realización de ese elevado número de aventuras.

¿Qué proyectos tienen de cara a futuro?

Primero tenemos que terminar esos 39 episodios y luego a mí me gustaría mucho hacer un largometraje, pero un largometraje como tal, con un guion lineal, no solamente compuesto por varios episodios independientes como los dos que ya hemos estrenado [el primero de ellos fue Pat a Mat ve filmu de 2016]. Me gustaría mucho hacer un largometraje así, pero lo cierto es que todavía no hemos avanzado nada con ello.

Pues la verdad es que me encantaría que eso pasase. Muchísimas gracias por atenderme, sr. Beneš.