Parece que el libro Animando lo imposible; los orígenes de la animación stop-motion (1899-1945) se está retrasando en su llegada a las librerías, algo que confío ciegamente que estará solventado para la semana que viene. En cualquier caso, esta semana se ha abierto la opción de compra online a través de la web de Diábolo Ediciones.
Para hacer un poco más amena la espera, rescato en el blog una de las películas que más me gustan de esos primeros años de la técnica: The Dinosaur and the Missing Link (El dinosaurio y el eslabón perdido, 1915). Se trata del primer gran cortometraje de Willis O'Brien (u Obie, como le conocían sus colegas), quien acabaría siendo el responsable de las animaciones de dinosaurios de The Lost World (El mundo perdido, 1925) y King Kong (1933), ahí es nada.
Temporalmente situado en la Edad de Piedra, el film presenta a cinco personajes humanos, todos interpretados por muñecos animados: tres pretendientes, llamados Duke, Stonejaw Steve y Theophilus Ivoryhead que compiten por la atención de una joven y bella cavernícola llamada Araminta Rockface, que aún vive con su padre. El eslabón perdido al que hace referencia el título es Wild Willie, una criatura de aspecto simiesco a la que Obie se referiría en el futuro como el ancestro de King Kong.
©Collection of Willis and Darlyne O’Brien. |
La historia nos presenta un conflicto bastante simple pero resuelto con mucha gracia, y en cuya animación llama la atención el uso de elementos típicamente cartoonianos, como las estrellas en la cabeza de uno de los cavernícolas cuando este se golpea contra un árbol. Después de que Willie robe la cena que el anciano Sr. Rockface, su hija y sus pretendientes estaban a punto de comerse, los hombres son enviados por la fémina a buscar más carne y pescado. En el transcurso de su búsqueda, uno de ellos se cruza con lo que parece un phorusrhacos (una criatura de aspecto de pollo prehistórico, denominada como «codorniz del desierto» en los títulos). Mientras tanto, Willie se involucra en una pelea con un brontosaurio, que acaba con el simio desprovisto de vida. Entonces el dinosaurio desaparece y vemos como llega a escena Theophilus, quien es preguntado por Araminta acerca de la cena. Por ese motivo, pone de pronto uno de sus pies sobre el cuerpo de Willie (un gesto de los días de boxeador de Obie, que usaría en varios de sus siguientes films) haciendo creer a la chica que él ha acabado con la bestia peluda. Lo que deriva en que la dama caiga rendida a sus pies.
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