Víctor es un director de cine al que le superan sus propias desgracias. Es alcohólico, está en paro y terriblemente deprimido, en gran parte a causa de la muerte de su mujer. Sin embargo, Víctor sigue siendo el mejor en una cosa: contarle historias fantásticas a su hijo de nueve años, Ingmar. Dichas historias son cada uno de los guiones que sueña con dirigir en un futuro, cuando reúna todos los recursos necesarios. Víctor e Ingmar comparten un presente lleno de tristeza y precariedad, pero también plagado de robots y localizaciones de películas que han visto juntos. A pesar de formar un gran equipo, sus problemas se multiplicarán cuando los demás empiecen a cuestionar su papel como padre.
Ese mismo viernes del estreno me acerqué al cine a verla, donde constaté que la poca promoción del film tenía su reflejo en la venta de entradas (estuvimos solos mi padre y yo, a excepción de otra pareja).
En cuanto empezó el metraje, vino el continuo disfrute: buenos gags, momentos durillos, actuaciones de buen nivel (con un Luis Callejo sobervio), y muchos guiños a mi particular cultura cinéfila. Sí, al stop-motion de antaño, ese creado por Willis O'Brien o Karel Zeman, pero también a los efectos especiales y técnicas de magia cinematográfica tan obsoletas hoy en día como los animatronics o las pinturas mate (impagable ese homenaje a Emilio Ruiz del Río a través del personaje de Víctor).
En cuanto empezó el metraje, vino el continuo disfrute: buenos gags, momentos durillos, actuaciones de buen nivel (con un Luis Callejo sobervio), y muchos guiños a mi particular cultura cinéfila. Sí, al stop-motion de antaño, ese creado por Willis O'Brien o Karel Zeman, pero también a los efectos especiales y técnicas de magia cinematográfica tan obsoletas hoy en día como los animatronics o las pinturas mate (impagable ese homenaje a Emilio Ruiz del Río a través del personaje de Víctor).
Quedé tan contento con lo que vi, que al salir de la sala me puse a buscar al animador que había realizado las secuencias stop-motion de la película. Había sido Asís Merino, a quien ya he nombrado en varias ocasiones en este espacio debido a otros de sus méritos, que ha tenido el gusto de contestar a mis preguntas acerca de su trabajo en esta rara avis de la cinematografía española, y de regalarnos el montón de imágenes de detrás de las cámaras que acompañan al texto.
Adrián Encinas (AE): A día de hoy es toda una rareza que un director apueste por la animación stop-motion para desarrollar parte de los efectos visuales de su película. Para mí es motivo de aplauso, desde luego.¿Qué piensas de que la stop-motion haya quedado como algo obsoleto en el cine fantástico?
Adrián Encinas (AE): A día de hoy es toda una rareza que un director apueste por la animación stop-motion para desarrollar parte de los efectos visuales de su película. Para mí es motivo de aplauso, desde luego.¿Qué piensas de que la stop-motion haya quedado como algo obsoleto en el cine fantástico?
Asís Merino (AM): Creo que con el 3D y los efectos digitales la técnica Stop Motion ha quedado como una opción más, digamos que la misma técnica, el hecho de que se note que es algo real, tangible, más orgánico, es un valor más a tener en cuenta dentro de el mundo visual que estés construyendo. En el 3D no ocurre, cuanto más te alejes de que se note que es 3D mejor.
En el cine fantástico antes con la Stop Motion y los animatrónicos y ahora con el 3D se pretende que el espectador vea un monstruo real y se lo crea, el hecho de hacerlo con Stop Motion en vez de 3D no es lo relevante, a no ser que quieras que se note que es Stop Motion, y el 3D da menos problemas y cada vez es más efectivo. Aunque la Stop Motion tiene un resultado especial, para mi más sorprendente, más cálido, más mágico.
En el caso de “En Las Estrellas” se pretendía rendir homenaje a esa manera de hacer cine anterior al mundo digital.
AE: Metiéndonos de lleno en el tema de la peli. ¿Cómo entraste en En las estrellas?
AE: Metiéndonos de lleno en el tema de la peli. ¿Cómo entraste en En las estrellas?
AM: David Castro, que se mueve en estos saraos, me hizo saber de la producción y me dio el contacto. A Zoe le gustó mi trabajo y me llamó para ver la manera de colaborar. La verdad, Zoe es muy entusiasta y me gustó su idea y el hecho de que la película homenajeara la Stop Motion.
En un principio la idea era hacer mucho más metraje, pero al final por temas de presupuesto y tiempos quedó en algo más pequeño.
AE: Además de animarlas, ¿creaste tú las criaturas que aparecen en el film?
AM: Sí, en realidad me encargué de todo el proceso, desde el diseño a la animación. Zoe tenía todo muy claro y fue supervisando cada fase (diseño, modelado, color y animación). Conté con la inestimable ayuda de un equipo estupendo: Manuel Molina hizo todo el trabajo de Rig (Esqueletos) para los muñecos y el Set de animación, Fernando Garrote hizo la foto, la iluminación y Eva Ramón y Gonzalo Herreras me ayudaron con los moldes y todo el proceso de construcción de los muñecos. Lo mejor fué compartir experiencia de trabajo con este equipo de gente estupenda.
En el caso del “pez monstruo” se trata de un muñeco de silicona elástica. El muñeco consta de un esqueleto de acero con sistema de bolas al que va unido una carcasa de resina a modo de exoesqueleto, y una “piel” de silicona que encaja en este. Opté por esa opción por las características del personaje en gran medida, tenia que ser una ballena gigante con labios animables (Zoe insistió mucho en los labios movibles), y partir de un modelo con detalle para conseguir ese aspecto realista. Y por otro lado, lo cierto es que ya venía de usar esta técnica con un muñeco anterior y próximamente quiero hacer un muñeco muy gordo con este mismo sistema para un proyecto personal y me vino bien como prueba / experimentación previa.
En el caso de Kong, fue partir de unas proporciones y un esqueleto que preparó Manu e ir improvisando en base al King Kong original, modelé la cara, manos y pecho para sacarlos en espuma de poliuretano y pintado con latex. Y el resto es gomaespuma y tela de pelo, me echó un cable Gonzalo y lo apañó en gran medida Eva Ramón, que tiene mucho arte.
En un principio estaba contemplado hacer un par de dinosaurios, un cuellilargo y otro volador. Llegue a documentarme, dibujar y empezar el modelado, pero por falta de tiempo se descartó, una pena porque tenia su encanto hacerlos.
Personalmente, como conclusión, todo funcionó bien y fue una buena experiencia técnica y de equipo. Aunque no deja de ser demasiado trabajo de preproducción para tan poco metraje. Una vez hechos los muñecos lo suyo hubiera sido animar unos cuantos planos más y haber aprovechado mejor ese trabajo previo. El problema fue lo complicado del proceso de construcción (del Pez en concreto) con poco tiempo/dinero.
AE: ¿Creaste tú los diseños y, en ese caso, cuáles fueron tus referentes?
AM: Zoe tenía muy claro lo que quería, aparte tiene mucha pasión y cultura del cine, me enseño gente como Bruno Bozzetto y hablamos sobre King Kong y dinosaurios. También me pasó una imitación de la armadura de Kong, de la cual usamos alguna pieza. En el caso de Kong fue imitar el King Kong de 1933.
Para el Pez Monstruo, Zoe me pasó una ilustración a color y partiendo de ahí desarrollé los diseños con su supervisión. La idea era hacer un monstruo de aspecto real al estilo cine fantástico de los 80.
AE: Que aparezca la armature de Kong en movimiento, y que tenga tanto protagonismo en el film, es todo un regalo para los que adoramos la película original del gorila gigante. Me imagino que tuviste que estudiar los movimientos de la criatura, animada hace 80 años por Willis O 'Brien, ¿no?
AM: Sí, en realidad fue imitar todo el proceso de construcción y animación que hizo Willis O 'Brien, a nuestra manera claro. Personalmente tiene mucho encanto, como homenaje. Claro que yo dispongo de “life view” y puedo darle al “play” en directo mientras animo al muñeco, no era necesario animar a ciegas como Willis. El resultado es diferente claro.
AE: ¿Surgió alguna complicación durante el rodaje de las escenas animadas?
AM: Realmente de rodaje fue poca cosa y no tuve grandes problemas, los muñecos funcionaron muy bien. Lo complicado fue todo el proceso de construcción. No tanto por problemas técnicos, sino por el poco tiempo.
AE: Dada la escasísima distribución y nula promoción del film da la sensación que el dinero no era algo que sobrase en el proyecto, sin embargo en la película los efectos especiales están bien logrados. ¿Qué presupuesto había para el tema de efectos visuales?
AM: La película tiene muchos efectos, 3D, 2D y Stop Motion, las 3 técnicas. La Stop Motion con muñecos es una técnica cara y el dinero fue muy justo. Esto implica no tener margen de reacción y tiempos muy ajustados para cada proceso, siempre surgen problemas y lo hace muy intenso. Finalmente todo funcionó bien, aunque no sé si volvería a hacerlo!
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