sábado, 18 de julio de 2020

JANA Y LA PIRULETA MÁGICA (2019): CRÍTICA

En 1939 se estrenaba en Estados Unidos el segundo largometraje de animación de su historia, Los viajes de Gulliver (Dave Fleischer, Seymour Kneitel, Grim Natwick, Roland Crandall y Tom Palmer). En ella tenía lugar unos preparativos que derivaban en uno de los casus belli más absurdos y divertidos de la historia del cine. El motivo: el padre de cada progenitor desea que se imponga en la boda la canción de su reino.
En Jana y la piruleta mágica (Lu Jinming y Zhong Yu, China, 2019) asistimos a un enfrentamiento similar, sucedido en una boda entre un zorro y una osa polar -maquillada para la ceremonia como si fuera una congénere de la raza panda-. La boda acaba en desastre, no tanto por la discusión entre los padres de los pretendientes, sino por la intromisión del cerdo GG Bond, la niña humana Jana y el roedor Conejo. Esa es solo una de las múltiples, y en algunos momentos inconexas, aventuras en las que este atípico trío se ve inmerso.

Técnicamente la película es solvente, aunque queda claramente en desventaja si la comparados con La serpiente blanca (Amp Wong y Zhao Ji, 2019), una de las más prodigiosas producciones de animación que ha dado China en toda su historia. El estudio de animación Guangdong Yongsheng Animation Co. sabe aprovechar y llevar al límite a su personaje estrella: GG Bond, un cerdo superhéroe creado en 2005 cuyas aventuras las llevan disfrutando los habitantes del enorme país asiático desde entonces, en una serie que ya suma 16 temporadas y nada menos que 5 largometrajes. Jana y la piruleta mágica es el último largometraje de esta franquicia. Pese a que en nuestro país no hemos visto nada de GG Bond en el pasado, no es algo que afecte al entendimiento por parte del espectador de la trama. Además Jana, la protagonista, es un personaje nuevo y el primer humano que hace su presencia en el mundo de fantasía de GG Bond; lo que ayuda a que nos introduzcamos en la historia desde el primer minuto. Por otro lado, el diseño de personajes pone a prueba al estudio, en cuya enorme variedad de secundarios e incidentales se atisban guiños a éxitos internacionales del cine animado reciente. El caso más flagrante es el de Conejo, cuyo diseño y personalidad es un calco de Pompón, personaje que hace las delicias de los niños y niñas que hayan visto Mascotas (Chris Renaud y Yarrow Cheney, EEUU, 2015) y, especialmente, Mascotas 2 (Chris Renaud, Jonathan del Val, EEUU, 2019).

La idea que vertebra la película es la de una adolescente que se resiste a dejar el mundo infantil de fantasía que tantas alegrías le ha dado de niña, y está representada mediante un viaje a un mundo fantástico producto de su imaginación. Es una historia que ya hemos visto en cine de animación en otras ocasiones, siendo ejemplos recientes en El parque mágico (Dylan Brown, EEUU y España, 2019), o, con un estilo y forma más pulidos, en El principito (Mark Osborne, Francia y EEUU, Francia). Mientras la historia al completo busca directamente la diversión de los espectadores más pequeños -siendo ideal para aquellos con una edad comprendida entre 5 y 8 años-, la moraleja va directa a sus padres: No privar a tus hijos de su derecho a soñar. 

Jana y la piruleta mágica se ha estrenado este viernes, 17 de julio de 2020 en las salas de cine de España, y ha sido distribuida en nuestro país por Paycom Cinema.

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