lunes, 19 de febrero de 2018

Stop Motion; Passion, Process and Performance (Barry J.C. Purves)

El animador y director inglés Barry J.C. Purves fue el primer nombre internacional al que entrevisté en este blog, hace ya ni se sabe la de entradas. Siempre me ha impresionado muchísimo las cualidades teatrales de sus obras, especialmente en esa joya tan cercana a la cultura japonesa que es Screen Play (1992).
En 2007, este nominado al Oscar sacó un libro que mezclaba sus memorias con todos los consejos posibles que la experiencia continua de su lucha contra los puppets de 20 centímetros, durante más de treinta décadas, le había hecho albergar. Stop Motion; Passion, Process and Performance, editado por Focal Press pronto empezó a petarlo en Amazon, alcanzando en poco tiempo precios astronómicos -en escala lineal ascendente al de mi cabreo por no haberlo comprado nada más salir al mercado-. Esas ganas de tenerlo fueron en aumento, hasta que este 2018 decidí llenar el importante hueco que dejaba su ausencia en mi biblioteca sobre cine de animación.

Nos encontramos ante un volumen con el que nos adentramos en el alma de un artista irrepetible en esta centenaria técnica. Sus obsesiones por los pájaros, el arte escénico, el bardo o Gilbert & Sullivan salen a relucir cada tres páginas, pero esto no es algo que sea negativo en ningún caso. La obra va desgranando absolutamente todos los aspectos de la animación stop-motion, por muy nímios que pudieran parecen -queda aquí, a modo de ejemplo, el valor del parpadeo para dotar de vida a un muñeco-, mientras Barry deja comentarios de las producciones en las que ha ido capturando fotogramas y fotogramas.

Menos interesante me resultaron los añadidos a base de preguntas genéricas a una treinta de cineastas relacionados con la técnica, por lo repetitivas que se hacían sus respuestas y lo engorroso que resultaba saber cuál era el artista que estaba respondiendo. Pero lo peor, lo que desluce todo el trabajo de Purves, es la pobre y anodina maquetación, con textos que se meten a fondo en el espacio entre páginas haciendo que tengamos que abrir las solapas del libro más allá de su esfuerzo de fatiga. Además, considerando el tamaño del volumen,  la maquetación en rústica es otro contra bastante gordo.
Por contra, es muy agradable encontrarse con tantas imágenes de producción y con esas bellas ilustraciones de Richard Haynes, Aaron Wood y Saemi Takahashi que muestran, desde un punto más etéreo, algunas de las estampas más icónicas de la animación stop-motion.

En definitiva, un libro imprescindible para cualquiera que haya flipado con Next (1990), Achilles (1966), Rigolleto (1995) o cualquiera de las otras delicias animadas por Barry Purves, así como para cualquier interesado en imbuirse en los intríngulis de la stop-motion desde una perspectiva diferente al que pueda dar cualquier libro de técnica cinematográfica al uso.

jueves, 8 de febrero de 2018

RITA & LUCA, un sello de garantía hacia la animación infantil

Uno de los quebraderos de cabeza a los que se enfrenta un padre llega a la hora de elegir películas, series y cortos para su hijo, no tanto por si son o no apropiados para su edad (algo que siempre está abierto a debate) sino más bien por el hecho de que le hagan entretenerse y pasar un buen rato.
En nuestro país, Rita & Luca Films se abren un hueco importante en la distribución de films de animación apropiados para infantes con edades de entre 2 y 12 años. Y eso resulta bastante cómodo, por un lado, y muy instructivo, por otro. Pues la distribuidora no va a lo "fácil", a lo más visible en canales de animación infantiles o a films de grandes productoras, sino que rebusca un poco más a fondo para ofrecer programas en formato DVD que bien podrían formar parte de un festival especializado.


Hace unas semanas recibimos en casa la selección de cortometrajes Paso a paso... y Menudos héroes, que nos hizo disfrutar -al minicrítico de 3 años y a mí- de un viaje a través de los países, las técnicas y las texturas; por historias sencillas, curiosas y divertidas. En lo que entronca de lleno con el contenido de este blog, la animación stop-motion, pudimos disfrutar de Dodu, el niño de cartón (Dodu, o rapaz de cartão, José Miguel Ribeiro, Portugal, 2010), una maravilla realizada en el material que aparece en el título; Aston y las piedras (Astons Stenar, Lotta Geffenblad, Uzi Geffenblad, Suecia, 2007), El elefante y la bicicleta (Le vélo de l’éléphant, Olesya Shchukina, Francia, 2014), y Los albaricoques (Aprikoser, Lotta Geffenblad, Uzi Geffenblad, Suecia, 1996), unos ejemplos variados de animación cut-out bien coloridos; El circo de Topitos y Manchitas (Prick och Fläck Star pa Oronen, 2013), uno de los capítulos de la serie de puppet animation Prick och Fläck, creada por la ilustradora y animadora sueca Lorra Geffenbland, que tiene cierto tirón en los países del norte de Europa; Grand Prix (2011), el corto de los barceloneses I+G Stop-Motion; un par de rarezas en animación de muñecos como son Miedo a volar (Fear of flying, Conor Finnegan, Irlanda, 2012) y El cazo de Lorenzo (La petite casserole d’Anatole, Éric Montchaud, Francia, 2014); y esa absoluta obra maestra que es El ciervo y la conejita (Nyuszi és Öz, Péter Vácz, Hungría, 2013).


El catálogo Rita & Luca sigue en pleno crecimiento, algo que no puedo más que celebrar; pues su trabajo no solo acerca, a grandes y mayores, cortometrajes como los comentados sino también films de largo metraje como El niño y el mundo (O menino e o mundo, Alê Abreu, 2013), esa rareza de dibujo animado brasileño que alerta, sin diálogos, de varios de los problemas más importantes de la sociedad moderna.