viernes, 21 de septiembre de 2018

LA ANIMACIÓN STOP-MOTION ESTÁ EN LAS ESTRELLAS

Hace unas semanas me llevé una gran sorpresa al encontrar en la cartelera una película producida por Álex de la Iglesia de la que (casi) no había oído hablar. Su título era En las estrellas y suponía el segundo largometraje del madrileño Zoe Berriatua (tras Los héroes del mal, de 2015). Tuvo su estreno en -muy pocas- salas comerciales el pasado 31 de agosto.

Víctor es un director de cine al que le superan sus propias desgracias. Es alcohólico, está en paro y terriblemente deprimido, en gran parte a causa de la muerte de su mujer. Sin embargo, Víctor sigue siendo el mejor en una cosa: contarle historias fantásticas a su hijo de nueve años, Ingmar. Dichas historias son cada uno de los guiones que sueña con dirigir en un futuro, cuando reúna todos los recursos necesarios. Víctor e Ingmar comparten un presente lleno de tristeza y precariedad, pero también plagado de robots y localizaciones de películas que han visto juntos. A pesar de formar un gran equipo, sus problemas se multiplicarán cuando los demás empiecen a cuestionar su papel como padre.

Ese mismo viernes del estreno me acerqué al cine a verla, donde constaté que la poca promoción del film tenía su reflejo en la venta de entradas (estuvimos solos mi padre y yo, a excepción de otra pareja).

En cuanto empezó el metraje, vino el continuo disfrute: buenos gags, momentos durillos, actuaciones de buen nivel (con un Luis Callejo sobervio), y muchos guiños a mi particular cultura cinéfila. Sí, al stop-motion de antaño, ese creado por Willis O'Brien o Karel Zeman, pero también a los efectos especiales y técnicas de magia cinematográfica tan obsoletas hoy en día como los animatronics o las pinturas mate (impagable ese homenaje a Emilio Ruiz del Río a través del personaje de Víctor).

Quedé tan contento con lo que vi, que al salir de la sala me puse a buscar al animador que había realizado las secuencias stop-motion de la película. Había sido Asís Merino, a quien ya he nombrado en varias ocasiones en este espacio debido a otros de sus méritos, que ha tenido el gusto de contestar a mis preguntas acerca de su trabajo en esta rara avis de la cinematografía española, y de regalarnos el montón de imágenes de detrás de las cámaras que acompañan al texto.
Adrián Encinas (AE): A día de hoy es toda una rareza que un director apueste por la animación stop-motion para desarrollar parte de los efectos visuales de su película. Para mí es motivo de aplauso, desde luego.¿Qué piensas de que la stop-motion haya quedado como algo obsoleto en el cine fantástico? 

Asís Merino (AM): Creo que con el 3D y los efectos digitales la técnica Stop Motion ha quedado como una opción más, digamos que la misma técnica, el hecho de que se note que es algo real, tangible, más orgánico, es un valor más a tener en cuenta dentro de el mundo visual que estés construyendo. En el 3D no ocurre, cuanto más te alejes de que se note que es 3D mejor. 

En el cine fantástico antes con la Stop Motion y los animatrónicos y ahora con el 3D se pretende que el espectador vea un monstruo real y se lo crea, el hecho de hacerlo con Stop Motion en vez de 3D no es lo relevante, a no ser que quieras que se note que es Stop Motion, y el 3D da menos problemas y cada vez es más efectivo. Aunque la Stop Motion tiene un resultado especial, para mi más sorprendente, más cálido, más mágico. 

En el caso de “En Las Estrellas” se pretendía rendir homenaje a esa manera de hacer cine anterior al mundo digital.
AE: Metiéndonos de lleno en el tema de la peli. ¿Cómo entraste en En las estrellas

AM: David Castro, que se mueve en estos saraos, me hizo saber de la producción y me dio el contacto. A Zoe le gustó mi trabajo y me llamó para ver la manera de colaborar. La verdad, Zoe es muy entusiasta y me gustó su idea y el hecho de que la película homenajeara la Stop Motion. 

En un principio la idea era hacer mucho más metraje, pero al final por temas de presupuesto y tiempos quedó en algo más pequeño. 

AE: Además de animarlas, ¿creaste tú las criaturas que aparecen en el film? 

AM: Sí, en realidad me encargué de todo el proceso, desde el diseño a la animación. Zoe tenía todo muy claro y fue supervisando cada fase (diseño, modelado, color y animación). Conté con la inestimable ayuda de un equipo estupendo: Manuel Molina hizo todo el trabajo de Rig (Esqueletos) para los muñecos y el Set de animación, Fernando Garrote hizo la foto, la iluminación y Eva Ramón y Gonzalo Herreras me ayudaron con los moldes y todo el proceso de construcción de los muñecos. Lo mejor fué compartir experiencia de trabajo con este equipo de gente estupenda.

En el caso del “pez monstruo” se trata de un muñeco de silicona elástica. El muñeco consta de un esqueleto de acero con sistema de bolas al que va unido una carcasa de resina a modo de exoesqueleto, y una “piel” de silicona que encaja en este. Opté por esa opción por las características del personaje en gran medida, tenia que ser una ballena gigante con labios animables (Zoe insistió mucho en los labios movibles), y partir de un modelo con detalle para conseguir ese aspecto realista. Y por otro lado, lo cierto es que ya venía de usar esta técnica con un muñeco anterior y próximamente quiero hacer un muñeco muy gordo con este mismo sistema para un proyecto personal y me vino bien como prueba / experimentación previa.

En el caso de Kong, fue partir de unas proporciones y un esqueleto que preparó Manu e ir improvisando en base al King Kong original, modelé la cara, manos y pecho para sacarlos en espuma de poliuretano y pintado con latex. Y el resto es gomaespuma y tela de pelo, me echó un cable Gonzalo y lo apañó en gran medida Eva Ramón, que tiene mucho arte. 

En un principio estaba contemplado hacer un par de dinosaurios, un cuellilargo y otro volador. Llegue a documentarme, dibujar y empezar el modelado, pero por falta de tiempo se descartó, una pena porque tenia su encanto hacerlos. 

Personalmente, como conclusión, todo funcionó bien y fue una buena experiencia técnica y de equipo. Aunque no deja de ser demasiado trabajo de preproducción para tan poco metraje. Una vez hechos los muñecos lo suyo hubiera sido animar unos cuantos planos más y haber aprovechado mejor ese trabajo previo. El problema fue lo complicado del proceso de construcción (del Pez en concreto) con poco tiempo/dinero.

AE: ¿Creaste tú los diseños y, en ese caso, cuáles fueron tus referentes? 

AM: Zoe tenía muy claro lo que quería, aparte tiene mucha pasión y cultura del cine, me enseño gente como Bruno Bozzetto y hablamos sobre King Kong y dinosaurios. También me pasó una imitación de la armadura de Kong, de la cual usamos alguna pieza. En el caso de Kong fue imitar el King Kong de 1933. 

Para el Pez Monstruo, Zoe me pasó una ilustración a color y partiendo de ahí desarrollé los diseños con su supervisión. La idea era hacer un monstruo de aspecto real al estilo cine fantástico de los 80.

AE: Que aparezca la armature de Kong en movimiento, y que tenga tanto protagonismo en el film, es todo un regalo para los que adoramos la película original del gorila gigante. Me imagino que tuviste que estudiar los movimientos de la criatura, animada hace 80 años por Willis O 'Brien, ¿no? 

AM: Sí, en realidad fue imitar todo el proceso de construcción y animación que hizo Willis O 'Brien, a nuestra manera claro. Personalmente tiene mucho encanto, como homenaje. Claro que yo dispongo de “life view” y puedo darle al “play” en directo mientras animo al muñeco, no era necesario animar a ciegas como Willis. El resultado es diferente claro.
AE: ¿Surgió alguna complicación durante el rodaje de las escenas animadas? 

AM: Realmente de rodaje fue poca cosa y no tuve grandes problemas, los muñecos funcionaron muy bien. Lo complicado fue todo el proceso de construcción. No tanto por problemas técnicos, sino por el poco tiempo. 

AE: Dada la escasísima distribución y nula promoción del film da la sensación que el dinero no era algo que sobrase en el proyecto, sin embargo en la película los efectos especiales están bien logrados. ¿Qué presupuesto había para el tema de efectos visuales? 

AM: La película tiene muchos efectos, 3D, 2D y Stop Motion, las 3 técnicas. La Stop Motion con muñecos es una técnica cara y el dinero fue muy justo. Esto implica no tener margen de reacción y tiempos muy ajustados para cada proceso, siempre surgen problemas y lo hace muy intenso. Finalmente todo funcionó bien, aunque no sé si volvería a hacerlo! 

Lo mejor siempre compartir la experiencia con gente maja.

viernes, 14 de septiembre de 2018

ENTREVISTA A IVÁN SARRIÓN, AMO DE LA FLUIDEZ ANIMADA

Iván Sarrión Soria (Alzira, Valencia, 23 de febrero de 1991) es un animador que, pese a su juventud, tiene en sus espaldas las contracturas de un animador talludito, de tanto poner posiciones extremas para mover a muñecos fotograma a fotograma delante de las cámaras. Su paso por la serie valenciana Clay  Kids, levantada con no poca entrega y esfuerzo por Javier Tostado y María Lara, le permitió quedarse en tierras mediterráneas -cual lapa- para de vivir de lo que más le apasiona: la animación stop-motion. Toda una proeza al alcance de muy pocos afortunados. Su secreto, saber dar una fluidez insólita a los muñecos que caen en sus manos.
Iván animando a los personajes de unos de los anuncios que Inspiranimation realizó para Bajaj Electricals.
Adrián Encinas (AE): Para empezar fuertecito ¿Qué crees que hace única a la animación stop-motion

Iván Sarrión (IS): En el stop-motion, el mundo que solo ocupaba sitio en tu imaginación, está ahora ocupando 3 dimensiones reales, puedes tocarlo. 

Y siguiendo fuertecito, pero sin dejar de alabar y respetar las muchas vertientes del arte y la animación, me gusta hablar del stop-motion como un “culmen del arte”, por ser la conjunción de muchas artes. Toca el diseño y la escultura del personaje, con todo lo que le rodea; el cine y su tratamiento de la música, color, ritmo...; el uso de materiales comunes para crear; o el arte de la animación en general. Tantos instrumentos artísticos trabajando al compás de una idea, me parece precioso. 

AE: Hace eones, en la primera quedada del grupo Stopmotia en Madrid del 13 de febrero de 2011, te lanzaste a enseñar a un entusiasmado público tus primeros pinitos de animación en plastilina. Algo que al humorista gráfico (y mejor persona) Roger Crunch le recordó a Gumbasia (1955), aquel psicodélico y fundacional trabajo de Art Clokey (creador del hito de la cultura pop estadounidense llamado Gumby). ¿Cómo te dio por la plastilina y qué supuso para ti ver que el público reaccionaba tan bien a tus primeras pruebas? 

IS: No conocía esa opinión de Roger Crunch, muchas gracias por la comparativa. Me gustaría comentar que la quedada de 2011 de Stopmotia fue uno de los hitos más importantes de mi vida, os lo agradezco a todos los responsables. 

Empecé a hacer animación con plastilina por unos amigos con los que pintaba graffiti, como gente creativa no podíamos pasar un segundo sin hacer “algo”, me gustó animar desde el principio y vi que ser animador podía ser un oficio justo en el momento cuando debía decidir “qué quiero ser de mayor”; así me decanté por estudiar en Madrid un curso de animación 3D y por compañeros de este curso conocí vuestra iniciativa. 

Desde luego, vuestro recibimiento hacia mis trabajos caseros me dieron mucha ilusión y ánimo (nunca antes había recibido una crítica de gente del sector). Poco después dejé de lado el CGI para, con mucha suerte y esfuerzo, seguir animando pero tocando los muñecos, sin tanta pantalla y ratón por medio. ¡Gracias por aquel impulso!
AE: Si no me equivoco, tu primer trabajo profesional en este mundillo llega con la primera temporada de la serie valenciana Clay Kids. ¿Cómo entras a formar parte de este importante proyecto? 

IS: Así es. Tras la quedada de Stopmotia empecé a seguir este estupendo blog. Aquí leí que Clay Animation preparaba un curso de formación de animadores para entrar a trabajar en una serie, probé suerte y entré en el curso impartido por David Caballer, aprendí más que nunca antes en mi vida. Tuve como compañeros a gente espectacular como Carla Pereira, Sergio Lara, Kecy Salagnad, Nuria Robles, Manu Rubio, Teresa Pérez, Raúl Eguía, Maria Moreira, Fran Deltell, Juan Soto,… (daría toda la lista pero se haría aburrido, todos gente genial), con esto, entré a trabajar para Clay Animation en la serie Clay Kid con la tutela de David Caballer y Javier Tostado. 

AE: ¿Todavía recuerdas el primer plano que animaste para la serie? 

IS: No es algo que recuerde con especial cariño, creo que tenía que animar a Robbie en el callejón de la serie y él debía tener miedo. Pero tenía mucho más miedo yo, seguro. 

En general, el primer plano de cualquier proyecto me genera un mordisco en el estómago y sólo se va cuando “conozco” al personaje.
Iván dando vida a dos de los adolescentes protagonistas de la serie Clay Kids.
AE: En la nave de Ribarroja del Turia, donde tuvo lugar la filmación de la serie, te tiras desde 2011 hasta 2014. Es decir, te sacas el grado de animador stop-motion con matrícula de honor con un profesorado formado por grandes nombres de la técnica como Javier Tostado, Mike Booth y David Caballer. ¿Qué puedes decirnos de ellos ahora que ya tienes todas las asignaturas convalidadas? 

IS: Fue una muy buena forma de crecer. Y por supuesto, sólo puedo tener palabras de agradecimiento con todos. He recibido muchísimo apoyo por parte del equipo de Clay Animation. 

Con Mike Booth no tuve la oportunidad de trabajar en los mismos turnos, pero sin duda lo considero una gran referencia. Técnicamente espabilado, se las sabía todas. Javier Tostado y Maria Lara han confiado en mí muchas veces y me han ayudado a crecer como trabajador y como persona, son gente dedicada y pasional. Su coordinación y esfuerzo contribuyen muy notablemente a la industria de la animación valenciana. 

Y si tenéis el gusto de conocer a David Caballer podréis entender que siempre ha sido un ejemplo para mí, como profesional y como persona. Me cogió de la mano desde el primer día y espero que nunca me la suelte. ‘Gracies’ David. Además es uno de los pilares de la animación valenciana, siendo responsable de la formación de muchos profesionales actuales del sector. 

AE: Y hablando de docencia. La confianza que Javier Tostado y María Lara, los directores de Clay Animation (productora de Clay Kids), pusieron en ti a la hora de ponerte a formar a los estudiantes de su curso de animadores stop-motion debió de resultar un subidón de la leche. ¿Cuáles son las principales dotes que debe tener un profesor que enseña animación fotograma a fotograma? ¿Y las de un alumno? 

IS: Efectivamente, no puedo dejar de agradecer la confianza que depositaron en mí Javier Tostado, Maria Lara y David Caballer para que co-impartiera el curso de Clay Animation. 

Cuando doy clases, siempre tengo miedo de contar todo desde mi interpretación y bajo mis experiencias, esto es un arma de doble filo, evidentemente intento transmitir todo “lo bueno”, pero mis errores y manías pueden ser heredados también. Por eso me gusta tener otro profesor complementando la clase, con su filtro personal, ese abanico de interpretaciones enriquece la clase. 

Tampoco me gusta decir “esto se hace así”. Y es que depende donde deba aplicar lo aprendido el alumno le servirá o no la experiencia personal del profesor. Por tanto, debemos estar dispuestos a adaptarnos a la necesidad del alumno. 

Como alumno, interés y tenacidad, con esto está garantizada la atención y el apoyo del profesor e incluso del equipo (si se está haciendo prácticas). Nadie nace sabiendo. Probar y volver a probar. Mirar mucha animación frame a frame, viendo que pasa y por qué. Pero sobre todo, insisto, práctica, práctica, práctica. 

AE: Pollo Roto, Santa Crisis, Molecular Zombi,… parece que los ratos libres los dedicabas a más de lo mismo. ¿Hay cura contra el mal del stop-motion

IS: Se disfruta trabajando con colegas. Pero crear o entrar en proyectos extralaborales es la necesidad de seguir creciendo como profesional. Con pocos recursos podemos practicar en casa o participar en proyectos de amigos, y nada es mejor al principio para aprender a animar y trabajar en equipo. Gracias a José Tomás Mira y Sergio Moreno (SuKolega) tuve la oportunidad de crecer como animador en mis inicios. 

Realmente, creo que animar puede ser la cura de los males del animador. Esa insistencia nos hace crecer. 

AE: Valencia lleva siendo el epicentro de la animación stop-motion en España desde hace casi cuatro décadas, que se dice pronto, tal y como se expuso en la magnífica exposición del MUVIM Stop Motion Don’t Stop –en cuyo catálogo recuerdo que te rebauticé-. ¿A qué crees que se debe que en la costa levantina haya este amor por el cine en miniatura rodado foto a foto?

IS: Por suerte hemos tenido a grandes creadores y emprendedores en Valencia, como Pablo Llorens, que han sido referentes de la técnica a muchos niveles. La gente creativa que vive cerca de o en Valencia, siempre hemos tenido facilidad para conocer y trabajar con estos genios, y esta es nuestra virtud. 

Por otra parte (y aunque puede que solo sea casualidad) en Valencia tenemos un oficio relacionado con la escultura y el arte, pero a gran escala, las Fallas. Algunas personas de taller vienen rebotadas de ese mundo; o por ejemplo en mi caso, mi abuelo era “artista fallero” y he recibido mucho apoyo de mi familia para que siga jugando con “ninots”. 

(Por cierto, Juan Sarrión me llamaste, jajajaja) 

AE: Con el director y animador Vicente Mallols y la productora Paloma Mora curraste en 2015 para el cortometraje El Criptozóologo. ¿Cuáles fueron los planos, y las dificultades, a los que te enfrentaste en este film? 

IS: Con Vicente Mallols todo es fácil. Su actitud y forma de dirigir es perfecta para crear el buen ambiente de trabajo que caracteriza todo aquello que toca. A mi parecer, el rodaje transcurrió relativamente normal en aspectos de animación (pero en taller si fue un poco más duro, creo), como anécdota recuerdo cubrir al bigfoot con gomina para que no se movieran caóticamente los pelos. El resto fue “un caramelito” de animar, gracias a Pascual Julián y al equipo de taller. 

AE: Recientemente has vuelto a colaborar con ambos en la serie pendiente de estreno de El diari de Bita i Cora. ¿De qué trata esta sería del canal valenciano À Punt y cuándo podrá verse? 

IS: Paloma Mora ha conseguido una vez más reunir un equipo estupendo, solo tuve la ocasión de estar mes y medio trabajando con ellos, pero fue en estupenda compañía. 

El diari de Bita i Cora (dirigida por Vicente y producida por TV ON Producciones) consta de 26 capítulos de 5 minutos y medio. Cuenta las aventuras cósmicas de una niña (Bita) y su colega azul (Cora) en un planeta con habitantes muy simpáticos visualmente. Ciencia ficción infantil que muy pronto podremos disfrutar en casa. La producción está hecha íntegramente en Valencia, se ha vendido en Latinoamérica y está en negociación con varios países europeos. Además, ¡TV ON ya está preparando la segunda temporada!
Colocando a los personajes de El diari de Bita i Cora. ©Valencia Plaza
AE: Aunque lo cierto es que también con Vicente, y hablando un poco más en general con el estudio que codirige (Pangur Animation), has currado en algunas piezas de animación directamente estrenadas en YouTube. El tema de este tipo de vídeos es curioso porque, generalmente, son un absoluto tedio para cualquiera que disfrute del cine de animación -no así para los niños pequeños-, y la verdad es que veo difícil que el animador disfrute haciéndolos; sin embargo, aquí en España ha sido la herramienta para que mucha gente pueda vivir de la animación stop-motion. Me gustaría saber qué es lo que piensas tú de este tema. 

IS: Es un tema candente y que evoluciona diariamente, tengo opiniones que varían, así que puede que cambie de idea pronto. 

Ahora mismo no me gusta el camino que se está llevando por la cantidad, calidad y moral del producto que algunos canales nos reclaman. 

Pero por otra parte veo algunas ventajas. Por ejemplo, como bien has comentado, algunos hemos podido sobrevivir los periodos sin trabajo gracias a estos vídeos, y mejor aún, también han ayudado a nuevos y futuros emprendedores a encarrilar proyectos personales (en el caso de Pangur, están promoviendo proyectos estupendos actualmente). 

Y aunque artísticamente parezca desalentador (que normalmente lo és), técnicamente es una buena práctica, y no hablo de animación fluida y perfecta, hablo del uso de los tiempos de la narración, como contar una historia con menos. Además, nos obliga a agilizar el proceso de producción (relativamente lento por naturaleza) y creo que esa rapidez y adaptabilidad puede ayudarnos a ser mejores animadores o directores en otros proyectos. 

Así que, mal por el contenido pero bien por la ayuda que nos proporciona. Ojalá no fuera tan morbosa la temática que estos miniespectadores reclaman. Pero, en parte, es curioso ver cómo de rápido está evolucionando el entretenimiento, y no está mal intentar crecer con esta marea o al menos conocerla. 

AE: Uno de los trabajos de tu CV que más me fascinan es el homenaje que le hiciste a la Escola Arts Plàstiques Alzira por su 25 aniversario; pues comparte, con algunos de tus loops de Instagram, el uso de esos frames imposibles tan habituales de ver en el cine en dibujo animado (y conocidos internacionalmente como smears), pero tan raros de ver en animación stop-motion, que confieren al conjunto una elasticidad hipnótica. ¿Cómo surgió la genial idea de introducirlos a la animación en plastilina? 

IS: La primera vez que me dí cuenta que existían los smears fue gracias a María Moreira y a Raúl Eguía en el curso de Clay Animation, desde entonces siempre que el momento me lo ha permitido los he añadido. Da una fluidez muy plastilinosa y son un gran recurso para mostrar movimientos veloces sin perder información. 
AE: Fuera de Valencia has currado para el estudio italiano Dadomani, para el cortometraje inglés ganador del BAFTA A love story (Anushka Kishani Naanayakkara, 2016), e incluso para el afable director burgalés, y tremendo entusiasta del stop-motion, David Castro (cortometraje Elements, pendiente de estreno). ¿Cómo fueron las experiencias lejos de la tierra de la horchata? 

IS: Todas y cada una de ellas fueron experiencias muy buenas. 

El equipo de Dadomani es muy familiar, son gente muy buena como técnicos y personas. Con ellos trabajé con el primer lip-sync modelado por mi que haya salido en pantalla, en este caso en la tv italiana para un anuncio de Kinder (Ferrero). 

Nush Naanayakkara es una persona maravillosa, me apoyó mucho en Inglaterra y gracias a ella me defiendo un poco con el inglés. También fue un buen reto tener que adaptarme a animar algo tan diferente. 

La experiencia con Iñaki Carbonell, David Castro y las alumnas de El Instituto del Cine de Madrid fue genial, me gustó trabajar con gente de ideas tan buenas y con las cosas tan claras. Además, las estructuras de los muñecos eran espectaculares, gracias a las manos de Carlos Padilla. 

Pero aunque suene raro para este tipo de trabajo, ahora mismo me gusta trabajar cerca de casa.

Iván en plena producción de Elements, rodaje que tuvo lugar en El Instituto del Cine de Madrid.
AE: La cantera de animadores de Clay Kids pasado a formar parte de los créditos de los largometrajes stop-motion más importantes del último lustro: Isla de perros, Cavernícola, Anomalisa,… ¿Han venido a buscarte desde alguno de estos grandes proyectos internacionales y has tenido que decir que no o has sido tú el que se ha “escondido” para trabajar más cómodamente desde casa? 

IS: Nunca me han llegado ofertas que no fueran recomendaciones de amigos, por ejemplo, gracias a Thiago Calçado (que es un tío estupendo, coincidimos en Clay Kids T.2) me han llegado algunas ofertas de trabajo buenísimas, pero por desgracia nunca he podido aceptarlas por estar trabajando en otros proyectos. En parte también por suerte, ya que en Valencia ha habido una seguida de trabajos por el impulso de las productoras valencianas. 

De todas formas, como decía antes, de momento estoy cómodo cerca de casa. Pero siempre pica un poco el gusanillo de intentar participar en esas grandes producciones. “Todo se andará” o al menos puede que lo intente. 

AE: ¿Qué películas, de animación (stop-motion o no) y de imagen real, te han y se siguen influyendo?

IS: Creo que es la pregunta más difícil que me haces. Mis referentes van cambiando conmigo y no sé decirte una “bandera” que me represente. 

De todas formas, nunca me canso de ver ¿Quién engañó a Roger Rabbit?. Pero si debo marcar una referencia de estilo que siempre he seguido, no es de una peli, es sin duda Pablo Llorens o en todo caso el estudio Screen Novelties. 

AE: Volviendo a Valencia… ¿la productora Clay Animations pasó a ser Inspirianimation o son dos productoras independientes? ¿A qué fue debida esta refundación? 

IS: No soy el adecuado para preguntar esto, pero puedo decir que Clay Animation está más centrada como productora (series, cortos...) e Inspiranimation como empresa de servicios (anuncios). 

No conozco los motivos concretos de la bifurcación, pero sí sé que han entrado trabajos buenísimos desde entonces, hemos trabajado para empresas como Ubisoft, Hasbro, MaxColchon o Pascual (Vivesoy). Y ha habido una continuidad de encargos que ha permitido ir creciendo como equipo. Así que, al caso, creo que ha sido una buena decisión. Bienvenida.

Colocando los rigs antes de ponerse a filmar el anuncio Just Sleep, de la cadena Maxcolchon.
AE: Inspiranimation se estrena con una serie de anuncios para la compañía de la India Bajaj Electricals donde realizáis un trabajo de diseño y animación absolutamente precioso. ¿Cómo consiguió el estudio este proyecto frente a otros de mayor renombre internacional como House Special o a otros pertenecientes al propio país del cliente? 

IS: Este es otro tema que no domino. Si estos encargos llegan a la empresa es por el esfuerzo diario de Javier y Maria con el departamento de gestión de Inspiranimation. Gracias a su trabajo la productora india “Hungry Films” contó con el equipo para este proyecto. 

Desde la parte de animación, solo tuvimos que disfrutar animando este precioso proyecto de personajes con ropa de papel, inspirado en el estilo de la peli El Principito . El departamento de taller, encabezado por Lucía Martínez y Emma Owen, nos facilitó mucho el trabajo para animar estos muñecos tan delicados. Y no puedo olvidar el gran trabajo de edición que María Briones hizo para conseguir el aspecto final de los anuncios. 

AE: De lo ultimísimo que he visto que has animado ha sido… ¡para un videojuego! Cuenta, cuenta… 

IS: Fue una locura, pero genial, nunca había tenido que luchar contra tantos loops. Trabajamos sobre una coreografía que tuvimos que diseccionar y convertir en pequeños bucles, cada uno de ellos debía aparecer en diferentes momentos del juego y con diferente luz, así que tuvimos que fotografiar hasta con 8 iluminaciones diferentes cada fotograma (con una opción de Dragon Frame). 

Pablo Masip y la gente de taller crearon un personaje que fue un gustazo animar. Y el diseño de Rosa Ballester le dió una personalidad muy característica al personaje.


AE: Y para ir terminando. ¿En algún momento del futuro próximo te planteas llevar a cabo un cortometraje de autor? 

IS: Aunque entré en este mundo por la “motivación artística” de crear historias, confieso que me perdí casi desde el principio pateando el fantástico apartado de la técnica, puede que como animador, modelador o dibujante (son las modalidades artísticas que más me motivan) nunca dejes de aprender... es adictivo. 

Por eso no veo el momento para centrarme en una historia. Pero, por supuesto, me encantaría poder contar una historia mía, la que sea, cuando o como pueda. Creo que me gustaría hacer un proyecto centrado en la técnica, intentar seguir tirando del carro del arte siempre me ha motivado. No lo sé, pero quieto no voy a estar. 

¡Gracias por la entrevista Adrián!

AE: Un placer, Iván. Gracias a ti por extenderte en las respuestas.