
Ahora, Aurel Klimt está cerrando la última fase de su última película: Laika, para la que pide ayuda económica a través de una campaña de micromecenazgo apadrinada por Stephen Chiodo y Giannalberto Bendazzi.
Laika es un proyecto centrado en el primer ser vivo en completar un vuelo espacial, pese a que la can acabase falleciendo debido al sobrecalentamiento de la aeronave. Esa es la versión oficial; pero Klimt se centra más en la ucronía que supone que Laika fuera enviada a un planeta paradisíaco llamado Qem, donde vivirá una aventura con otros animales, extraterrestres y humanos, estadounidenses y rusos, que competirán para poner su bandera y conquistar el extraño planeta.
Esta idea lleva años dando vueltas por la cabera del cineasta, quien en 2002 comenzó a darla a conocer como obra teatral de marionetas en un pequeño teatro de Praga; pero que poco a poco, gracias al apoyo económico entre otros de la cadena japonesa NHK, ha ido desarrollando en stop-motion. La filmación fue iniciada en 2010 y toda la animación ya está completada; tan solo le queda dar un último empuje en el apartado de postproducción (eliminación de alambres, corrección de colores y esas cosas de suma importancia).
Su idea es tener listo el largo, de un metraje cercano a los noventa minutos, el 3 de noviembre de 2017. Una fecha no elegida al azar, pues justo coincidirá con los 60 años de aquel fatídico e importantísimo lanzamiento espacial. Esperamos que lo consiga.
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