Encuentro con Travis Knight

Travis Knight posa junto a algunos de los impresionantes puppets de Paranorman

Como ya comenté la semana pasada, el pasado 28 de Junio pude ver, junto a un grupo de amantes del cine de animación, un pase privado de Paranorman que unos días después se completaría con un encuentro privado con el director de Laika, Travis Knight, en el Hotel Villamagna situado en la madrileña calle Castellana. Podéis ver las fotos de este evento en la carpeta Encuentro con Travis Knigth de la página de facebook del blog.

Es momento de recoger algunas de las impresiones que dejó semejante titán de la animación stop-motion americana a su paso por nuestro país, no sin antes atender a algunos datos autobiográficos que nos regaló a los pocos asistentes:

"De niño amaba los cartoons (Disney, etc.), y me maravillaba el trabajo de Ray Harryhausen en películas como Jason y los Argonautas o Furia de Titanes. Me crié siendo un niño del Noroeste de Estados Unidos empezando a animar en el sótano de mi casa, en un tiempo en el que no había recursos ni en internet ni en los libros. Al principio todo resultó ser un desastre total, pero fuí aprendiendo a base de prueba y el error. 

Al salir del colegio entré como animador de anuncios de televisión de cereales, comida rápida y cosas por el estilo. Era un asco, pero con cada plano aprendía más y más. Lo bueno que tiene la televisión es que te exige trabajar muy rápido, sin tiempo para repetir tomas. Trabajé por entonces en muchos tipos de animación, pero mi gran amor seguía siendo el stop-motion. [Nota de Puppets & Clay: Se refiere a la época en que trabajó en Will Vinton Studios, un nombre que no mencionó en todo el encuentro y que me aventuro a decir que es por el hecho no hacer confundir a la gente con el hecho de que Laika es la continuación de Will Vinton Studios, pero ojo es solo una conjetura]. 

De repente la industria cambió completamente y el stop-motion se convirtió en una técnica en desuso, todo gracias a Jurassic Park de Steven Spielberg. En esta película trabajó Phil Tippett, quien se iba a encargar del stop-motion antes de que Steven decidiera cambiar a gráficos por ordenador. En el momento del cambio Phil y viendo las enormes posibilidades que ofrecía el ordenador frente al stop-motion, arte que manejaba desde crío, dijo aquello de: "Creo que estoy extinto". Este cambio que propició la "muerte" del stop-motion es comparable al que sufrió el retrato pintado con la llegada de la fotografía.  

En 2001, tras el 11S, decenas de empresas de publicidad cerraron y en la que yo trabajaba no fue una excepción. En este momento es en el que surgió Laika, una empresa dirigida por artistas y no por gente de negocios. Nuestra máxima ha sido desde el principio el contar historias nuevas y apasionantes, mediante la combinación de artesanía (stop-motion) y técnica (ordenador). 

Tras leer Coraline, el estudio compró los derechos de esta historia de Neil Gaiman para llevarla al cine, dado que nos recordó a algunos de los cuentos Disney como Pinocho o Blancanieves, donde se combina  la oscuridad y la luz. El problema surgió al buscar distribuidor. 

Hace 7 años, Henry Selick (quien sería finalmente el director de Coraline) y yo fuimos a vender Coraline por las distribuidoras. Pero en aquel 2005 primaba una tendencia de largometrajes de animalitos parlantes, como Madagascar, que hizo que nadie nos comprara la película. Creo este golpe también estuvo motivado por no contar la historia con una canción de Phil Collins, ni un amigo chistoso,... Recuerdo que incluso nos dieron excusas del tipo "No podemos hacer una película de animación protagonizada por una chica, si no es una princesa o un hada". Fue todo muy negativo. 

Finalmente logramos llegar a un acuerdo con Focus Features, quien se interesó aun no habiendo realizado anteriormente ninguna película de animación. Y al tiempo se unió Universal Studio, hermano mayor de Focus. 

Nuestra decisión fue tener muy presente nuestro principio de artesanía + tecnología, aportando por tanto el stop-motion y elementos teatrales por un lado, y la tecnología 3D y el prototipado rápido (escanéo 3D) por el otro. Queríamos innovar, por lo que si algo no existía debíamos inventarlo. 

El estreno de Coraline propició un éxito de crítica y público que nos llevó a evidenciar que no hace falta comprometerse con las limitaciones de una distribuidora para hacer lo que realmente quieres en el cine.  

Poco tiempo después, Chris Butler (director de Paranorman), llegó con una idea que mezclaba los conceptos: stop-motion, zombies y niños. Una idea que nos encajó en Laika y tiramos para adelante con ella. 

Paranorman se concibió como una película a gran escala, con un tremendo cuidado por los pequeños detalles. Procuramos basarnos en el entorno real para las localizaciones, pero le dimos al conjunto un efecto de naturalismo torcido, es decir, transformamos algo la realidad para que no fuera exactamente la realidad pero que el espectador si que reconociera las localizaciones. Lo mismo hicimos con los puppets, pues quisimos que fueran muy parecidos a personas de carne y hueso, pero con ciertas diferencias. 

Hemos realizado una película de un niño marginado y raro con un don especial, una historia que recuerda un poco a la de cualquier artista y en especial a los animadores stop-motion, pues nunca fuimos muy populares en el instituto".

En este punto nos enseñó algunos de los vídeos que a continuación os pongo:

Travis no quiso despedirse de los pocos presentes que ocupábamos el salón Camoes del Villamagna sin dejar estas frases que a continuación recojo, ni sin dedicarnos un póster firmado de Paranorman (el mío preside el salón de mi casa):

"El cine es una industria que cambia rápido, por lo que si queréis entrar en ella no dudéis que os dará una oportunidad para que aportéis vuestras ideas". 

"Soy tremendamente consciente de que no es fácil vivir de la animación en el mundo que vivimos. Por ello debéis animaos a coger todas las oportunidades que se os presenten, y si no aparecen... crearlas. Pues esta es la única forma de cambiar el mundo." 

"Recordad: No llegas a ser extraordinario siendo normal (es la frase promocional de Paranorman)."

Adrián Encinas conoce a Norman, un chico la mar de majo que nos "abrió" las paredes de su habitación