domingo, 15 de febrero de 2009

Animadrid 2003: Invitado especial Ray Harryhausen


En la cuarta edición del gran festival madrileño, Animadrid, celebrada entre el 8 y el 14 de diciembre de 2003, el homenajeado de honor fue el maestro de la stop-motion: Ray Harryhausen.

El motivo de la visita fue principalmente para promocionar su fantástico libro Ray Harryhausen: An Animated Life, co-editado con Tony Dalton.



Este es el mejor resumen que he encontrado de la visita, gracias a www.comohacercine.com por realizarla:

Roberto Cueto y Jesús Palacios fueron los encargados de prologar la presentación del libro, añadiendo a la presencia del propio Ray Harryhausen sus respectivos puntos de vista, a medio camino entre el análisis cinematográfico del especialista y la rememoración melancólica del admirador. Ambos coincidieron en considerar a Harryhausen como un ilusionista cuyo oficio consiste en dar vida a cosas que no existen. "Mi admiración por Ray Harryhausen –dijo Palacios-, no ha ido a menos a medida que me he ido dando cuenta de los trucos ni porque crea que los efectos digitales hayan superado a los suyos, porque la mía no es una mirada historicista sobre una técnica de efectos especiales arcaica, sino una mirada fascinada ante la magia, el poder de fabulación, la nigromancia del arte de Harryhausen".

Para Cueto "el arte de los efectos especiales es muy ingrato, porque siempre se supera, nunca nada es definitivo sino un eslabón dentro de una cadena que pronto queda invalidado por el siguiente". Esto es particularmente notable en el caso de Harryhausen: sus creaciones lograban simular movimientos gracias a la técnica conocida como stop motion o "cinematografía intervalométrica" y que consiste en registrar fotograma a fotograma todos los movimientos deseados de forma fraccionada, alterando muy ligeramente la posición de la figura, de forma que al proyectar los fotogramas, como ocurre con la imagen real, se produce una sensación de movimiento continuo. Actualmente, la tecnología digital ha revolucionado completamente el mundo de los efectos especiales, relegando el stop motion a los libros de historia del cine.


Pero Harryhausen no fue sólo un creador de efectos especiales. Como recordó Jesús Palacios, la obra de Harryhausen trasciende los límites del cine. "Es una figura puente entre el cine y otras artes, porque además de animar fotograma a fotograma sus figuras, diseñaba los decorados y las atmósferas, combinando cine, escultura, pintura y arquitectura".

Dice Ray Harryhausen que ver "King-Kong" (1933) le marcó su destino: fue entonces cuando decidió dedicarse a crear efectos especiales. "No sabía cómo se hacía lo que veía pero sabía que quería hacerlo". Discípulo de George Pal y Willis O'Brien, uno de los creadores de la técnica del "stop motion" con la que creó a King-Kong y a otros muchos monstruos, Harryhausen empezó su carrera discretamente, con seriales animados y cortometrajes de producción propia, hasta que su maestro O'Brien contactó con él para rodar "El gran gorila" (Mighty Joe Young, 1949), galardonada con un merecidísimo Oscar a los mejores efectos especiales. En los años 50, en pleno boom del cine de ciencia-ficción, Harryhausen, junto con el productor Charles H. Schneer, despliega su asombrosa inventiva en la creación y animación de raras criaturas mediante el stop motion en una serie de películas de bajo presupuesto que consiguen un éxito cada vez mayor. De su filmografía destacan joyas como "Simbad y la princesa" (The 7th Voyage of Simbad, 1958), "Jasón y los Argonautas" (Jason and the Argonauts", 1963), “El valle de Gwangi" (The Valley of Gwangi, 1969), "El viaje fantástico de Simbad" (The Golden Voyage of Simbad, 1974) o "Furia de Titanes" (Clash of Titans, 1981), tras la cual Harryhausen decidió retirarse de la industria cinematográfica, derrotado por la creciente tecnología digital que consigue efectos más realistas y rápidos de hacer.

Como comentó el propio Harryhausen en la presentación del libro, una de las razones de su retirada fue el cambio operado en el gusto del público. Según el maestro, actualmente el público se orienta hacia una violencia gratuita, realista, no fantástica, y entre las carcajadas de los presentes comentó con sarcasmo que "las películas actuales van a dar lugar a una generación de delincuentes". Cuando se le preguntó qué consejo podía dar a los que desean dedicarse a los efectos especiales, Harryhausen dijo que no podía dar consejo alguno: "Todo ha cambiado demasiado. Ahora te explican cómo se han hecho las películas antes incluso de su estreno, hay libros, todo se sabe. Para mí el encanto estaba en no saber cómo se movía King-Kong". A pesar de esto, Harryhausen terminó su intervención con dos consejos: "Si queréis conservar el pelo, no os dediquéis a la animación. Por lo demás, sed persistentes y aprended todo sobre animación por ordenador". Eran las palabras desencantadas de un mago como los de antes, relegado a vivir de los recuerdos por el progreso de una tecnología que en sus manos alcanzó el carácter de obra de autor.


Regalo: Programa de Simbad y la Princesa firmado



Todo el material gráfico de la entrada es cortesía del gran amigo David García (Monster World)

2 comentarios:

Jack Shadow dijo...

yo estuve ahí y vi al maestro, fue realmente genial.

conflictivos dijo...

yo tambien estuve alli, ademas hicimos un video en honor al gran maestro, aqui esta el link.
http://www.youtube.com/watch?v=h1wQOL1U2aY
espero os guste.