Me cuesta muchísimo leer novelas. Acabo perdiendo el interés a las pocas páginas, se me acaban haciendo bola y se van quedando en la mesilla, acumulando polvo, sin ver avanzar el marcapáginas. Sin embargo, hay veces que una buena novela deja rápidamente atrás todas las lecturas anteriores y me devuelve la fe en este género literario. Tal es el caso de Toda una vida para recordar (Tota una vida per recordar, originalmente en catalán y traducido al español Josep Escarré), escrito por Núria Pradas Andreu (Barcelona, 1954) y publicado por Planeta en marzo de 2020 dentro de la colección AE&I (Autores Españoles e Iberoamericanos). Es una novela que he devorado sus más de cuatrocientas páginas en un par de noches.
Sinopsis: Con sólo dieciséis años, Sophie Simmons deja a su familia para ir a Los Ángeles durante la Gran Depresión persiguiendo un sueño: trabajar como dibujante en Disney Studios. Pronto descubrirá, sin embargo, que no es un mundo para mujeres. Y así, entre amores y desamores, encajando los golpes que le da la vida, Sophie luchará hasta el final en medio de una época convulsa que marcará un antes y un después entre los profesionales de la animación de principios del siglo xx.
Pradas no se limita a realizar un texto vivo, una historia de juventudes, sueños, desengaños, amores, alegrías y llantos, sino que aprovecha la ocasión para hacer una labor pedagógica impresionante. Se nota, y mucho, que la autora se ha documentado, que se ha obsesionado (para bien) con el papel de las mujeres en la edad dorada del cine de animación estadounidense. Para ello crea el personaje de ficción de Sophie Simmons, una mezcla entre Retta Scott (1916-1990), la primera animadora acreditada por los estudios Disney, y Mary Blair (1911-1978), una de las ilustradoras conceptuales más importantes contratada entre los años 40 y 50 por el estudio de Burbank. De hecho, la protagonista recibe una beca para estudiar en la Chouinard School of Art de Los Angeles, al igual que les pasó a Scott y Blair en la vida real; su nivel artístico evoluciona hacia niveles de colorido desbocado gracias a un viaje a México, tal y como le pasó a Blair en los años cuarenta; y acaba publicando un libro infantil en la misma editorial que lo hiciera Blair en los cincuenta: Simon & Schuster. Es a través de Sophie como la autora nos adentra en la precariedad laboral de las mujeres en el medio de la animación, por los bajos salarios y por la imposibilidad de crecer dentro de los estudios hacia posiciones de responsabilidad en otros departamentos que no fuera el de Tinta y Pintura. Gracias a Sophie también nos adentramos en las revoluciones en material de derechos sociales que acabaron en la importante y sonada huelga de 1941, y, además, su presencia en los estudios Disney es la excusa perfecta para poner en valor el pormenorizado trabajo que conllevaba estrenar un largometraje de animación en aquella época.
Una época absolutamente fascinante. Pues supone el crecimiento brutal de los estudios de Walt (y Roy) Disney, tanto en mano de obra como en instalaciones, pasando de las concentradas, y más familiares, situadas en el 2719 de la Hyperion Avenue de Los Angeles a las modernas, compartimentadas y más frías localizadas en el 500 de South Buena Vista Street, de Burbank; las cuales aparecen mostradas con todo lujo en el recomendable largometraje The Reluctant Dragon (1941) -un protodocumental de making of que puede encontrarse en Disney+.
Entre los nombres propios reales que hacen su aparición en las páginas del libro se encuentran: Walt Disney (1901-1966, presidente), Roy Disney (1893-1971, presidente ejecutivo), Ben Sharpsteen (1895-1980, animación), Burt Gillett (1891-1971, dirección), Hazel Sewell (1898-1975, tinta y pintura), Ham Luske (1903-1968, dirección y animación), Bill Tytla (1904-1968, animación), Marge Belcher (1909, referencia en vivo de Blancanieves), Ginni Mack (1927–2017, tinta y pintura), Claude Coats (1913-1992, fondos), Bill Garity (1899-1971, control de producción e inventor), Norm Ferguson (1902-1957, animador), Dolores Voght (1897-1981, secretaria de Walt Disney), Joe Grant (1908-2005, guion), Dick Huemer (1989-1979, guion, dirección y animación), Ward Kimball (1914-2002, dirección y animación), Dick Lundy (1907-1990, dirección de animación), Norm Wright (1910-2001, dirección de animación), Perce Pearce (1899-1955, dirección de animación), Bill Hurtz (1919-2000, asistente de animación) y Hal Adelquist (1914-1981, dirección de animación).
Caso aparte supone la presencia de Art Babbitt (Arthur Babitsky, 1907-1992), a quien se le da un papel importante en la obra, no solo por su excelente trabajo en el departamento de animación, donde definió la personalidad de Goofy, sino por resultar un apoyo fundamental en el desarrollo psicosocial de la protagonista. Además se menciona el hecho de que Babbitt empezó a realizar en su casa sesiones de dibujo al natural, pagando a la modelo de su bolsillo, después de las horas de trabajo en los estudios Disney. Y de como Walt al esterarse empezó pagar esas clases y a disponer en el estudio de un aula para ellas, siendo contratado Don Graham (1893-1976) para dirigirlas. Babbitt sirve además como hilo por el que descubrir de primera mano las reivindicaciones laborales de los trabajadores de la industria de la animación.
Y es que la acción sindical es uno de los importantes hilos conductores de la novela. De ella empezamos a saber en las primeras páginas, a través de las reuniones en Western Avenue de Los Angeles, presididas por Ub Iwerks (1901-1971), Grim Natwick (1890-1990), James "Shamus" Culhane (1908-1996) y Al Eugster (1909-1997). Más adelante sabemos de las reuniones presididas por Art Goble (supervisor de pintura en Looney Tunes) que tienen lugar en el restaurante mexicano El Coyote de Melrose Avenue (Los Angeles). Posteriormente se forma la Federation of Screen Cartoonist (conocida como The Federation) que entra en los estudios Disney gracias a Babbitt, y a un acuerdo un tanto pernicioso del abogado de los estudios Gunther Lessing (1885-1965). Ese mal acuerdo da pie a que Babbitt se cambie al sindicato Screen Cartoonis Guild (SCG), siendo elegido presidente de la Unidad Disney. Quedaría como vicepresidenta Phyllis Lambertson (-fechas no encontradas-, tinta y pintura) y como tercer representante Sam Armstrong (1893-1976, fondos). Al final las tensiones entre la SCG y los estudios Disney se saldan con el despido de 17 trabajadores, incluido Art Babbitt, el 28 de mayo de 1941, lo que da lugar al inicio de una huelga que se alarga hasta el 14 de septiembre de 1941. Desde entonces, ni los estudios de animación del ratón Mickey ni el carácter de Walt volverían a ser los mismos.
La autora además nos menciona a la competencia para ponernos en contexto temporal que surge poco después de que el gato Felix, icono de los dibujos animados de los años veinte, haya sido superado por Mickey Mouse, la estrella indiscutible de la animación sonora. Por ejemplo, se indica que en el año en que comienza la novela, 1932, Sophie no se plantea quedarse en Nueva York para tratar de trabajar en los Fleischer Studios, pues allí las mujeres no tenían recorrido profesional -de hecho, la primera animadora de este estudio sería Lillian Friedman Astor (1912-1989), quien empezó a animar, en secreto y, por tanto, sin ser acreditada, gracias al apoyo del director y animador Shamus Culhane. También aparecen reseñados los estudios MGM, los de Walter Lanz (1899-1994) y los Terrytoons de Paul Terry (1887-1971), pues se dice que en estos últimos coincidieron en los años 20 los animadores Bill Tytla y Art Babbitt.
A día de hoy el papel de la mujer sigue siendo secundario en el cine de animación. Es cierto que menos secundario de lo que lo era en las décadas en las que se desarrolla la novela de Núria Pradas, pero sigue quedando mucho camino para que lleguemos a una igualdad real en esta disciplina artística multifacética. Hay motivos para la esperanza. Cada vez hay más mujeres interesadas en realizar sus propias películas de animación, así como en ocupar puestos de responsabilidad en producciones de grandes estudios. El año pasado cuando impartí la asignatura de Teoría e Historia del Cine de Animación dentro del Master de Animación de la Universidad Politécnica de Valencia pude comprobarlo: el 60% del alumnado era femenino. Por otro lado, la génesis de la novela de Pradas también muestra esa realidad, pues la autora confiensa en los agradecimientos que la chispa provino de su hija, la ilustradora infantil y animadora, Clàudia Parts Pradas (1994), quien estudió animación en ECIB. No me extrañaría nada que fuera en esta escuela de cine donde enseñasen a Clàudia quienes eran Mary Blair y Retta Scott, pues allí la profesora de Historia del cine de animación no es otra que Carolina López Caballero, quien además de ser directora del festival Animac de Lleida es una gran fan del trabajo de las pioneras del cine de animación.
La novela, ganadora del Premi de les Lletres Catalanes Ramon Llull este 2020, ha sido editada en tapa dura con un PVP de 21,90 € y en versión digital con un PVP de 8,99 €.
Films que se mencionan en la novela:
- Mickey Mouse: The Klondike Kid (Wilfred Jackson, 1932).
- Silly Symphony: King Neptune (Burt Gillett, 1932).
- Silly Symphony: Three Little Pigs (Burt Gillett, 1933).
- Snow White and the Seven Dwarfs (David Hand, Wilfred Jackson, Ben Sharpsteen, Larry Morey, William Cottrell y Percival C. Pearce, 1937).
- Pinocchio (Ben Sharpsteen, Hamilton Luske, 1940).
- Fantasia (James Algar, Samuel Armstrong, Ford Beebe Jr., Norman Ferguson, Jim Handley, T. Hee, Wilfred Jackson, Hamilton Luske, Bill Roberts, Paul Satterfield y Ben Sharpsteen, 1940).
- The Reluctant Dragon (Jack Kinney, Hamilton Luske, Alfred L. Werker, Jack Cutting y Ub Iwerks, 1941).
- Dumbo (Ben Sharpsteen, Wilfred Jackson, Samuel Armstrong, Bill Roberts, Norm Ferguson, Jack Kinney y John Elliotte, 1941).
- Bambi (David Hand, Samuel Armstrong, James Algar, Bill Roberts, Paul Satterfield, Norman Wright y Graham Heid, 1942).
Libros y webs que tratan sobre esta época y que, a buen seguro, Núria Pradas ha consultado para documentarse:
- Hollywood Cartoons: American Animation in its Golden Age (Michael Barrier, Oxford University Press, 2003).
- Drawing the Line: The Untold Story of the Animation Unions from Bosko to Bart Simpson (Tom Sito, University Press of Kentucky, 2006).
- The Art and Flair of Mary Blair: An Appreciation (John Canemaker, Disney Editions, 2014).
- The Queens of Animation: The Untold Story of the Women Who Transformed the World of Disney and Made Cinematic History (Nathalia Holt, Little, Brown and Company, 2019).
- Babbitt Blog: https://babbittblog.com/
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