Hace unas semanas, quizás incluso un par de meses, me puse en contacto con la animadora y directora de cine de animación Esther Casas Roura, barcelonesa afincada en Nueva York, interesado en ver su cortometraje CREAMEN. Amablemente, Esther me dejó ver su trabajo terminado, sin tener que levantar la vista del ordenata.
Creamen, título que surge de la palabra crimen, narra la historia de cuatro helados (Vainilla, Fresa, Chocolate y Plátano) de un puesto situado en un gran parque, que podría ser perfectamente Central Park, y de como tratan de sobrevivir ante una mortal ola de calor extremo que llega hasta ellos, propiciado por el tan polémico, pero evidente, calentamiento global. Dotados de sentimientos muy humanos y con un diseño realmente bueno, los cuatro coloridos protagonistas darán su punto de vista hacia el problema medioambiental que les acecha. Una dulce metáfora de diferentes nacionalidades y regiones del mundo.
Con una factura interesante, el corto despega con bastante fuerza y entretiene por sus elocuentes diálogos que dan profundidad a los cremosos personajes, sin embargo adolece un poco del encorsetamiento que sufren los gélidos protagonistas en sus respectivas tarrinas, aunque es posible que sea una percepción muy subjetiva dado que la acción es lo que me pirra de los cortos, películas, etc... Con todo, otra obra stop-motion interesante para este 2013 que por fin ve la luz tras cuatro años de trabajo y gracias a la colaboración de microproductores que, a través de una exitosa iniciativa que de kickstarter, consiguieron que el corto se terminara.
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