Hoy publico una de las entradas que más ilusión me hace en mucho tiempo, pues trata sobre un trabajo de investigación profundo que he venido realizando desde septiembre del año pasado, mes en el que la editorial Diábolo Ediciones dio luz verde a una de mis propuestas de ensayo cinetográfico que pronto podréis ver en cualquier librería del país. Se trata de un libraco sobre AARDMAN ANIMATIONS, el estudio de animación que más alegrías me ha dado (sí, incluso por encima de Pixar).
Al recibir la noticia positiva, en forma de llamada telefónica, me puse a dar saltos de alegría por casa. ¡Iba a escribir un libro! Pobre de mí... aún no sabía las horas y horas de investigación, redacción y revisión que me esperaban. Al igual que Nick Park pensaba que realizar un largometraje supondría el doble o el triple de trabajo que terminar uno de los cortometrajes, yo pensé que escribir un libró sería como hacer cuatro o cinco artículos. Cuán equivocado estaba. El salto entre escribir un artículo para un fanzine y realizar un libro no se basa en una fórmula lineal de suma de horas de trabajo, realmente supone entrar en una fórmula de tipo exponencial donde vas a tener que echar más horas de las que tiene el día. O al menos eso me ha pasado a mí, un escritor al que le queda tela para ser un profesional del medio.
No quiero que me malinterpretéis. El libro ha supuesto un trabajo arduo, pero igualmente entretenido y absorbente. Las ojeras que decoraban mis ojos en los meses pasados fueron un fiel testigo de todo ello. Revisar todos los cortometrajes, películas, videoclips, series y anuncios (en este último caso ha sido lógicamente imposible hacerlo al 100%, pero seguro que he visto más del 80% de todos los que el estudio de Wallace & Gromit ha creado en sus 40 años de vida) ha sido maravilloso y muy enriquecedor. No puedo decir, como tantos y tantos de los españoles que han formado parte de algunas de sus producciones, qué conozco a Aardman hasta el tuétano, pero desde luego si que he raspado más que la primera capa y creo haber llegado al hueso en todos los capítulos.
Algo me he documentado, volumen 1 |
Me queda la pena no de no haber recibido un mayor apoyo del propio estudio o de sus más icónicos directores, pero lo cierto es que ese tiempo lo he invertido en ponerme en contacto con otros de los artistas del estudio, menos conocidos pero igualmente interesantes, que me han aportado cantidad de anécdotas de sus años de trabajo en el estudio de la oveja Shaun.
Además he contado con un prólogo de puta madre, de mi buena amiga y co-directora de La Academia de Animación, Lula Gómez, así como un epílogo de Sam, colega y director Pos Eso que trabajó en la serie Creature Comforts America. Todo un lujazo.
Algo me he documentado, volumen 2. Nota: sí, tengo Chicken Run en DVD edición japonesa (y me costó 1$, ¡chincha!) |
A nivel más personal, la obra me ha servido para unir más lazos con mi padre (si es que no nos unen ya los suficientes), que fue el primero en leerla entera y en aportarme un montón de estupendas mejoras. Eres grande, papá.
No doy más la lata, no desgasto más palabras ni quiero desvelar más de un libro por el que tendréis que esperar hasta septiembre para conseguirlo. Sí que os pido, antes de irme, que si llegáis a comprarlo y, más importante, leerlo, dediquéis un par de minutos en escribirme para decirme lo que os ha parecido. Ya sea bueno o malo, pues os puedo confesar que una de las críticas más dolorosas que he recibido jamás acerca de los fanzines, me hizo mejorar enormemente en la elaboración de textos. A esos animautas que me metieron caña, no puedo más que darles las gracias.