Desde el pasado 5 de septiembre puede visitarse en Alcalá de Henares la exposición "Charley Bowers, ignorado prodigio del humor", de la que un servidor, es orgulloso comisario.
Los datos concretos de lugar y los horarios son los siguientes:
Esta semana, concretamente el martes 10 de septiembre, se produjo la inauguración oficial con las personalidades del Ayuntamiento de Alcalá de Henares y de la Universidad de Alcalá de Henares, de las cuatro exposiciones que componen la XXXI Muestra Internacional de las Artes del Humor que promueve, organiza y lleva a la realidad el Instituto Quevedo del Humor. "Charley Bowers, ignorado prodigio del humor" forma parte de esas exposiciones y, por lo tanto, no tuve más remedio que tragarme los nervios y dar un breve discurso durante el solemne acto inaugural. Reproduzco en este espacio el texto que preparé en unas hojas de cuaderno de cuadrícula mientras tomaba el desayuno esa misma mañana:
(c) Ayuntamiento de Alcalá de Henares |
Pese a ser en su momento admirado por vanguardistas de la talla de André Breton, Rafael Alberti o Maruja Mallo, por sus comedias de la época del cine mudo en las que combinaba la animación stop-motion y el slapstick para crear todo tipo de escenas surrealistas, Charley Bowers fue una vez olvidado, borrado completamente de la historia del cine.
No fue hasta cuatro décadas después cuando su obra empezó a ser recuperada y puesta en valor, gracias a un esfuerzo conjunto entre filmotecas de todo el mundo, logrando que una buena parte de sus Bowers Comedies fuesen salvadas de la degradación inexorable al que las iba a condenar el paso del tiempo. En ellas, Bowers ejercía de productor, guionista, actor, animador e incluso de director en la sombra, dando rienda suelta a una imaginación desbordante donde tienen cabida las cáscaras de plátano que no resbalan, las ostras que nadas en la sopa o los huevos irrompibles.
Pero Charlie Bowers no solo hizo comedia de tipo slapstick. Aquella investigación internacional iniciada en los sesenta demostraba que este artista había sido. además, una pieza fundamental en los albores de la industria del dibujo animado estadounidense, al dirigir, producir y escribir os guiones de la serie de cortometrajes de animación más longeva del cine mudo: la protagonizada por Mutt y Jeff, dos personajes de las tiras cómicas de prensa creados por el dibujante Bud Fisher.
Asimismo, los apuntes biográficos previos a su llegada al cine hacían de Charley Bowers una figura, al menos para mí, fascinante: fue funambulista, pintor de carteles, domador de caballos, artista de vodevil y dibujante de prensa. Esa última faceta me interesaba especialmente, pero las brevísimos textos sobre su vida escritos en el momento que yo di con este personaje, hace aproximadamente una década, no mostraban ningún dibujo suyo y solo aportaban el nombre de un par de periódicos en los que probablemente habría trabajado.
Pensé en tratar de buscar esos dibujos cuando tuviera una época de mi vida con mucho tiempo libre. Quizás en la jubilación. Pero llegó la pandemia y el confinamiento. Algunos se pusieron cachas, otros fueron panaderos a tiempo completo,.... pero yo aproveché, que muchas bibliotecas de Estados Unidos abrieron sus hemerotecas digitales a los investigadores, para buscar los dibujos de Bowers.
¡Eureka!
Rebuscando en miles de ejemplares digitalizados publicados en las décadas de 1900 y 1910, no solo tuve la suerte de encontrar sus dibujos en esos dos periódicos, sino que aquellos me marcaron el camino para seguir su trazo hasta otros dos más. Charley Bowers había sido un prolífico dibujante de prensa que durante un periodo de más de nueves años realizó más de 2.000 dibujos, pasando de un estilo más realista a una simplicidad con la que que logró desarrollar un personalísimo estilo para unos chistes gráficos que trataban de política local, nacional e internacional -con muchos dibujos dedicados a la I Guerra Mundial-, y otros tantos a la vida cotidiana del ciudadano medio de la gran ciudad.
Ese descubrimiento lo compartí hace unos meses con mi amigo Francisco Sáez de Adana, catedrático de cómic de la Universidad de Alcalá de Henares, quien a su vez habló de ello a Juan García Cerrada del Instituto Quevedo del Humor, puesto que veía en este hallazgo muchas posibilidades expositivas. Parece que no se equivocaba.
Esta exposición no solo recorre las facetas de Charley Bowers aquí comentadas, sino otras tantas que desarrolló a lo largo de su carrera; si bien se centra sobre todo en su talento como dibujante de prensa, que había quedado completamente eclipsado por su periodo entre celuloide. Además, hemos creado un folleto que complementa la información de la sala, con los últimos datos biográficos obtenidos de la investigación que estoy llevando a cabo en mi proyecto de tesis doctoral.
Quiero terminar agradeciendo a ambas instituciones y al ayuntamiento de la ciudad su confianza en mi trabajo, pues ha permitido que comisarie mi primera exposición aquí, en mi ciudad, Alcalá de Henares, algo de lo que me siento particularmente orgulloso.
Ojalá que esta muestra del trabajo de Charley Bowers contribuya de algún modo a que su nombre no vuelva a ser olvidado en el tiempo. Muchas gracias.
(c) Ayuntamiento de Alcalá de Henares. |